martes, 22 de marzo de 2016

HARTOS


Estoy hasta el moño de los atentados, de dar mis condolencias, de solidarizarme con las víctimas, de repudiar la islamofobia, de recordar que la mayoría de víctimas son musulmanas, de pedir un trato justo para los refugiados. Estoy hasta el moño de las bombas, de los locos, de los jefes y personas de Estado que se benefician de la guerra y no la paran, sean de aquí o de allá; de los hipócritas, de los mafiosos, de los sensacionalistas, de los fundamentalistas, de los cobardes que se refugian en el neofascismo como faldas de mamá. Estoy hasta el moño.
Y además estoy muy triste